Aeropostal: la cerveza con tintes franceses que busca conquistar a los mendocinos

“Un día llegué a Mendoza y decidí quedarme”, suele decir Jerome Constant, el francés que hace varios años hizo de Mendoza su hogar y abrió dos espacios que son referentes de la gastronomía y pastelería local: Anna Bistró y Brillat Savarin. Ahora, el empresario gastronómico se asoció a tres amigos (los enólogos Quentin Pommier y […]


“Un día llegué a Mendoza y decidí quedarme”, suele decir Jerome Constant, el francés que hace varios años hizo de Mendoza su hogar y abrió dos espacios que son referentes de la gastronomía y pastelería local: Anna Bistró y Brillat Savarin. Ahora, el empresario gastronómico se asoció a tres amigos (los enólogos Quentin Pommier y Thibault Lepoutre y el chef Alejandro Galliski) para lanzar una línea de cervezas artesanales, llamada Aeropostal, que ya se consigue en tiendas especializadas y bares.


Por ahora, la propuesta consta de tres birras, las cuales a su vez están dedicadas a héroes de la aeronavegación francesa, cuyas historias también guardan cierto nexo con Mendoza. El precio sugerido es de $130 y hay tres variedades, aunque todas tienen en común la frescura y el equilibrio.


Así las cosas, las opciones son: Aeropostal Blanca, dedicada a Henri Guillaumet, aviador recordado por sobrevivir luego de un accidente de avión en la Laguna del Diamante; IPA (Indian Pale Ale), que lleva el nombre de Jean Mermoz, quien en 1929 inauguró la línea Argentina-Chile, y Blonde Ale, bautizada con el nombre del reconocido aviador y escritor Antoine de Saint-Exupéry, célebre autor de “El Principito”, quien fuera director de la compañía Aeropostal Argentina.


“Actualmente, es un desafío producir cervezas de este tipo y ser constante con la calidad, el sabor y el equilibrio. Si bien son cervezas artesanales, buscamos que quien compre una Blonde Ale hoy y se enamore de ella, pueda comprarla dentro de un año o tres años y sentir que está tomando la misma cerveza. Nuestro diferencial es que tenemos una planta dotada de la última tecnología y utilizamos insumos importados de primer nivel”, explicó Quentin Pommier, presidente del proyecto y maestro cervecero de Aeropostal.


Un dato interesante es que el padre de Thibault Lepoutre tiene su propia marca de cerveza orgánica en Francia, llamada Moulin D'Ascq, que es una de las más famosas de la zona. “Me puse en contacto con él y pudimos intercambiar experiencias para obtener una cerveza de gran calidad, pero que no perdiera su identidad mendocina”, agregó Pommier al tiempo que aclaró que utilizan lúpulos de Estados Unidos, Europa y Nueva Zelanda.


Las etiquetas fueron diseñadas por Pablo Matthews, mientras que los dibujos fueron realizados por el reconocido artista local Carlos Escoriza.


“Cada uno de nosotros aportó lo que mejor sabe hacer: Lepoutre y Pommier su experiencia en el proceso de fabricación; Galliski se encargó de que las cervezas maridaran muy bien con la gastronomía del foodtruck homónimo que también es parte del proyecto y yo tuve que ver con la de números y marketing”, explicó Constant.


¿Cómo son las cervezas?


Aeropostal Blanca: liviana y refrescante, con notas de cítricos y coriandro. Su espuma es fina y compacta, en boca levemente lupulada con largo final. Fermentada con trigo y avena.


IPA (Indian Pale Ale): de color anaranjada, con espuma cremosa y persistente. Muy generosa en nariz, con aromas florales y de frutas tropicales, característicos de los lúpulos seleccionados por la receta. Frutada y resinosa en boca, con un final largo y cítrico.


Blonde Ale: espuma fina y untuosa, de color dorado, notas aromáticas de frutos blancos, con amargor discreto y un final muy refrescante.



Por Florencia Manzur