Potrerillos, el destino ideal para divertirse y cortar con la rutina
Mendoza tiene tantos lugares lindos y actividades para hacer, que lo convierten en un punto turístico muy elegido. El vino y las montañas son dos atractivos que la identifican y la hacen conocida en distintas partes de mundo.
Pero no hace falta ser turista para disfrutar de nuestra provincia. Tomarse un descanso y salir de la rutina, viene muy bien.
La propuesta que te traemos es visitar Potrerillos, este hermoso destino que encanta por sus paisajes y por la cantidad de entretenimientos que tiene para hacer.
Además de instalarse en algún lugarcito pintoresco y compartir un rico asado u otra opción más rápida y ligera, podés practicar deportes acuáticos, hacer caminatas, cabalgatas, longboard, o andar en bicicleta o en cuatriciclo.
En cuanto a los deportes, el dique es ideal para practicar remo (alquilan kayaks o podés llevar el tuyo), kitesurf y windsurf (no hay vegetación alta y el viento es constante). Las caminatas las podés realizar por las diferentes calles, o si te animás, los cerros son una interesante travesía. Alquilar un caballo o un cuatriciclo es una buena alternativa para conocer Potrerillos por donde el auto no llega. Mientras que la bicicleta invita a recorrer los caminos y apreciar el paisaje al ritmo del pedaleo, el longboard le imprime adrenalina a las rutas.
Por otro lado, hay muchísimos restaurantes en los que podés deleitarte con comida típica y exquisiteces un poco más sofisticadas. Los lugares para tomar el té y los puestos de artesanos, también forman parte de la gran oferta turística.
El Gran Hotel Potrerillos, reinaugurado en 2016, es uno de los principales atractivos de la zona. El espacio de uno de los lugares con mayor tradición de la montaña mendocina y posee un total de 34 habitaciones. Gran Hotel Potrerillos ofrece además la posibilidad de disfrutar de excelentes platos en su restaurante el cual se destaca por su cocina regional.
Sin dudas, la localidad lujanina es un plan excelente para compartir con la familia o con amigos. Y sobre todo para pasar un día distinto en plena montaña mendocina.
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Por Andrea Rizzo