Daniela Cardone: “Soy una guerrera”

Daniela Cardone nació en Carmen de Patagones, pero se crió en Río Negro. Trabajó en una aerolínea y cuando decidió mudarse a Buenos Aires, fue la mismísima Teté Coustarot quien le recomendó que fuera donde Roberto Giordano.

Mujer de armas tomar, Cardone es una de las
modelos más icónicas que tuvo la Argentina porque nunca dejó de transgredir
barreras: se cortó el pelo antes que nadie, se tatuó todo el cuerpo antes que
nadie y se cruzó a las bateas para incursionar como DJ antes de que estuviera
de moda.



Charlamos con ella, a días de que hubiera
estado pasando música en General Alvear, lugar donde asegura, “le encantaría
volver”. Además, nos adelantó que pasará las fiestas con toda su familia en
Nueva York. Su familia, a esta altura incluye, además de a sus dos hijos, Brenda
y Junior, a su nieto, Eloy, y a su yerno, el actor Gonzalo Heredia.



HIGH: ¿Siempre quisiste ser modelo o fue algo
que surgió  a partir de tu belleza?



Daniela Cardone: Desde que tengo cinco años que sé que era
lo que quería para mi vida. Recuerdo estar en primer grado y que me preguntaran
qué quería ser cuando fuera grande y yo contesté: modelo. Lo más gracioso fue
que el resto de mis compañeras me copió y dijeron lo mismo. Me acuerdo que se
lo aclaré a mi mamá y me dijo que no tenía ningún problema. También le robaba
las corbatas a mi papá y me las ataba en las piernas como si fueran sandalias
de tiras y desfilaba…



H: Es decir que la moda ya estaba en vos…



DC: ¡Sí! Cortaba ropa de las revistas y
copiaba los modelos. Siempre supe que quería dedicarme a esto. Era muy creativa
y me gustaba hacer cosas fuera de lo común, correr los límites. Me acuerdo que
fui la primera modelo en hacer teatro de revista y me re criticaron. Llegaron a
bajarme de desfiles que ya tenía pautados. Después, empecé a usar el pelo corto
y me rebotó tres veces Ricardo Piñeiro por eso. 
La primera famosa en tatuarse el cuerpo fui yo. Me acuerdo que para los
desfiles me maquillaban entera. Cuando me teñí el pelo pasó lo mismo. ¡Uf!
Siempre me pasaron ese tipo de cosas por ser diferente.



H: Si bien te gustaba ser diferente, ¿cómo
eras cuando recién empezaste? Cuando todavías eras una adolescente…



DC: Me costó un poco adaptarme, porque yo
encima no era porteña, venía del Sur. Antes de ser modelo y mudarme a la gran
ciudad trabajaba en la aerolínea Austral y me acuerdo que la veía a Tete (Coustarot)
cuando viajaba a la Capital. Cuando yo me animé y quiso mudarme también, me
acuerdo que la fui a ver a ella, a Teté, al canal de televisión en el que
trabajaba. Ella fue la que me mandó a ver a (Roberto) Giordano. Tenía el pelo
larguísimo y él me lo cortó. Aprendí mirando a mis compañeras y era difícil ser
tan joven y tener que ser tan perfecta. Ahora todo ha cambiado y si no tenés la
estatura requerida, te aceptan igual, pero antes no era así. Fue una carrera
muy rigurosa la mía.



H: ¿Hubo alguna crítica o situación que te
incomodó y que recuerdes en particular?



DC: Es una disciplina muy exigente la de ser
modelo. La ropa te tiene que lucir perfecta, las medidas no pueden cambiar. Vivís
situaciones físicas que te llevan al límite, pero es una carrera que adoré a
cada minuto. Creo que no me equivoqué al soñar que quería ser modelo cuando era
chica. Nadie sabe que para hacer fotos, te levantás a las seis de la mañana,
que para los desfiles muchas veces no dormís, que no ves a tu familia por días.
Fui por ejemplo de las primeras en ser madre y hacerse las lolas, ¡me
criticaron tanto! Pero fue justo cuando cambió la moda, en los ´90.



H: ¿Sentís que volvió la figura de la llamada
“súper modelo” de los ´90? Gracias a jóvenes referentes como Kendall Jenner y
Gigi Hadid



DC: Las modelos están de moda de nuevo, pero
es muy cambiante. A veces, pasa con las actrices, a  veces, con las cantantes y otras tantas, con
las modelos. Sin embargo, no es lo mismo que sucedió en los ´90 porque no
tienen la misma fuerza. Sí, quizá Giselle Bundchen, que parece sacada de otra
época. Pero las chicas de ahora son más lánguidas, entonces a los diseñadores
les vienen bien porque se luce más la ropa que la modelo.  Ahora es más etéreo. Más frío. Creo que la
moda refleja un poco el mundo de hoy, que es frío y etéreo.



H: Alguna vez hiciste televisión, ¿no te
interesa volver?



DC: Me gusta mucho la tele, pero voy de a
poco. He trabajado tantos años, yendo y viniendo, que quiero tomarme las cosas
más despacio. Trabajé nueve años en España. Iba y venía. Eso me desgastó
bastante. Después, me metí a un reality chileno por cuatro meses con mi hijo.
Siempre fui extrema, no lo puedo negar. Soy una guerrera y siempre lo he sido.



H: ¿Y por qué has sentido la necesidad de
vivir la vida así?



DC: Siempre fui muy masculina en la forma de
vivir, me gusta la guerra y dar batalla. En el sentido de que me gusta
desafiar. En la vida hay que ser así porque la vida es una sola y no se repite.
Claro que también tenés que conseguir a alguien que te acompañe y te entienda,
alguien que no te frene.



H: ¿Cómo llegás a esta etapa de DJ de ahora?



DC: Cuando dejé de hacer teatro, que ya había
trabajado con Nito Artaza y Carmen Barbierbi, busqué otra cosa. El teatro me
gusta, sobre todo la comedia, pero me gusta cambiar seguido y variar. Un día,
fui a un lugar de música electrónica y estaba Algo Heider haciendo su set. Estando
ahí, supe que era lo que quería hacer: música. En mi vida, la música es muy
importante. Por eso, me animé y me largué a hacer música. 



H: ¿Dónde tocás y quiénes te pueden
contratar?



DC: En Buenos Aires toco seguido en Ink y en
Kika. Pero hago muchas giras por el interior. Suelo hacer house progresivo,
mezclo un poco con sonidos de los ´80, me encantan las vocales. Me gusta hacer
divertir a la gente ese ratito mientras bailan. Es una buena manera de que la
gente baje a la tierra. Me suelen contratar para boliches y eventos.



H: Estuviste en Mendoza, haciendo un set y
hasta te adjudicaron un novio de acá…



DC: Sí. El Polaco es quien me organiza los
shows y fue él quien nos llevó a Moma, en General Alvear. He ido a tocar un par
de veces ya y conocía a todo el grupo del boliche.  Ahí fue donde conocí a un chico alvearense
(Mauro Jaliff), que después los medios dijeron que era mi novio, pero fue algo
muy divertido y al pasar.  ¡Nada más! Me
encanta ir a Mendoza porque me tratan como una reina, me llevan a todos lados,
conocemos bodegas. La paso tan bien. No nos olvidemos de que yo vengo del Sur,
de un pueblo, y me doy cuenta de que hay otra conexión entre la gente.



H: ¿Cómo es el vínculo con tu hija Brenda
Gandini?



DC: Es muy bueno y estoy feliz porque nos
vamos los cinco, mi hija Brenda, mi yerno Gonzalo (Heredia), mi nieto Eloy y mi
hijo(Pisanu) Junior, a pasar Navidad y Año Nuevo a Nueva York. A esta altura de
mi vida es un sueño compartir esto con ellos. Me imagino recorriendo y viendo
las luces con mi nieto Eloy. La verdad es que la unión con mis hijos es
perfectísima.



 



Ping Pong

Signo: Aries



Hincha de: Fui de River, pero me harté. Ya
no me caso con nadie.



Programa de TV favorito: miro mucho
Netflix, suelo ver películas



Un vino: el vino dulce me gusta, pero le
hago más a los espumantes



Un restorán: no soy muy de salir a comer
afuera



Una comida favorita: jamón crudo con aceite
de oliva y pimienta



Marca de ropa: Javier Musetti



¿Quién era tu ídolo cuando eras chico?: Madonna



¿Twitter, Facebook o Instagram?: Instagram.
Soy adicta.



Un destino de vacaciones: ¡Nueva York!