Practicá el Mindfulness, también en verano

Por fin pasó el mes de enero y las ansiadas vacaciones llegaron, sin embargo, es imposible poner la cabeza en cero y relajarse completamente. Si sos de las personas que le suele pasar esta situación, ¡el mindfulness podría ser la solución! Y es que poder y ‘saber’ descansar no solo el cuerpo sino también la […]


Por fin pasó el mes de enero y las ansiadas vacaciones
llegaron, sin embargo, es imposible poner la cabeza en cero y relajarse
completamente. Si sos de las personas que le suele pasar esta situación, ¡el mindfulness podría ser la solución!
Y es que poder y ‘saber’ descansar no solo el cuerpo sino también la mente, es
importante para la salud de cualquier persona.





Así, lejos de las tensiones del lugar de trabajo, el verano puede ser el momento ideal para
practicar el mindfulness para retomar luego la rutina en plena forma mental.





Consejos para entrenar la atención





El mindfulness no trata de cambiar la realidad, sino la forma en que la percibimos. La práctica de la consciencia plena consiste en reconducir la atención hacia lo que es relevante. Esto se hace promoviendo que la atención “descanse” centrándose en un único elemento u objeto, normalmente la respiración o las sensaciones del cuerpo. Cada vez que la mente tiende a divagar y se “desconecta” de ese elemento, hay que intentar volver a concentrarse en él. Con la práctica, la atención se vuelve cada vez más estable y se reducen las distracciones.









La atención es como un
músculo que se fortalece a medida que se ejercita y, por tanto, se puede
entrenar.
Existen distintas técnicas para conseguir este estado de atención
y conciencia plena. Veamos 4 que podrás practicar estas vacaciones:





#1 Evitar distraerse
durante unos minutos





¿Sos consciente de lo fácil que resulta perder la concentración? Esta actividad te permitirá tomar consciencia de ello. Cerrá los ojos y concentrate en la respiración. Contá hasta 10 fijándote en la espiración y la inspiración, sin pensar en nada más. Cuando notes que empezás a pensar en otras cosas, intentá centrar tu mente en la respiración.





#2 Saborea una pasa de
uva





¿De verdad? Sí, saborea una pasa. ¿Alguna vez te has parado a
pensar en la diferencia que existe entre hacer algo de manera automática o
hacerlo de forma consciente? Este ejercicio te ayudará. Tomá una pasa de uva (o
cualquier otro alimento de pequeñas dimensiones que te guste) y comela
lentamente. Saboréala, disfrutá los sabores y prestá atención a lo que estás
sintiendo. Puede ayudarte cerrar los ojos. Si te concentras en esta
experiencia, comprobarás el intenso sabor que puede ofrecerte algo tan pequeño
como una pasa.





#3 Da un paseo
consciente





¿Sos capaz de disfrutar de un paseo o te cuesta bajar el
ritmo? Aprovechá las vacaciones para dar un paseo en solitario, caminando
lentamente y prestando atención a cada movimiento. Concentrate en la
respiración y disfruta de cada paso. Si notas que aparecen otros pensamientos,
apartalos y volvé focalizar la mente en el paseo.





#4 Disfrutá del ritual
del café





¿Valorás los pequeños placeres del día como es tomar una taza de café? Entonces, una buena idea es  intentar disfrutar del desayuno ya que es un  buen momento para practicar la atención plena. Deja a un lado el celular y concentrate en el proceso de preparación del jugo, del café, del té, de las tostadas… Cuando esté todo listo, saboreá cada trago y cada bocado. Con este sencillo ejercicio, ¡empezarás el día con energía!









Como ves, son ejercicios sencillos que puedes realizar en cualquier momento del día. Vale la pena intentarlo. Si los incorporas en tu rutina diaria y dedicas unos minutos cada día a conectar con vos misma, verás como con el tiempo, tu capacidad de atención mejora.





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Por Paula Crombas