Cocinas con el aporte de la comunidad

Los emprendimientos que se realizan en comunidad, tienen una fuerza que otros proyectos no logran, porque básicamente concentran la energía y el entusiasmo de varios individuos que sueñan con un mismo objetivo.

En los últimos años, se han realizado en varios puntos de la provincia lo que se ha dado por llamar turismo comunitario. Este pone en valor, la historia, la cultura y la esencia de una localidad bajo una determinada marca.   
El control y los beneficios están en manos de miembros de comunidades locales y surgen como una alternativa económica de las comunidades rurales, para generar ingresos complementarios a las actividades económicas diarias y defender y revalorizar los recursos culturales y naturales locales. Se lo considera una tipología turística que pertenece a la modalidad de Turismo Vivencial y posibilita compartir y descubrir en profundidad las tradiciones, costumbres y hábitos de sus habitantes.
Esto permite que pequeños pueblos con grandes encantos se abran a la visita y presenten servicios que de no ser por la unión de fuerzas no serían posibles. De esta manera, nacen Pueblo de Barro y Camino de Altamira en San Carlos, el Pueblo de la Asunción en Lavalle y República Chachingo en Maipú, entre otros. Lugares que potencian su gastronomía a través de hacedores locales con productos caseros que forman parte del tour y cuando el visitante se sienta a la mesa no solo disfruta de un buen plato, sino además de la historia de un pueblo que en cada estación le permite descubrir los protagonistas y la modalidad con que se trabaja. De esta manera, cuando los visitantes hacen su parada para comer, no solo consumen productos de calidad y caseros sino que además cada sabor tiene un referente que compartió su pasión. En la mayoría de los casos, son propuestas sencillas que pueden recordarnos a nuestros abuelos, pero lo importante que no podremos evitar es traer a nuestra memoria la labor de su gente.
De esta manera, se suelen concentrar pequeños restaurantes o tiendas creadas especialmente para la visita junto a ríos o montañas, con buena gastronomía y abastecidos con embutidos elaborados, queserías locales, vino en cavitas caseras, panificados en hornos de barro, empanadas con la receta heredada de tantas generaciones, productores agrícolas que cosechan en sus pequeñas huertas frutas y verduras insólitas, artesanos del chocolate y licoreros entre otros tantos que conquistan el paladar y llegan a los sentidos a través de sus productos.   
Estos recorridos permiten vivir experiencias únicas, conocer cosas que ni siquiera sabíamos que existían en nuestra provincia y una manera maravillosa de dejarse sorprender mientras descubrimos rincones escondidos de nuestra provincia con personas humildes que entienden la hospitalidad como una filosofía de vida.  

Más de High Food & Travel